domingo, 13 de junio de 2010

el espejo

¿Porque lo estaba haciendo? ¿Porque me estaba acercando cada vez más a aquella cosa reluciente? No estaba muy segura de lo que fuera pero una cosa estaba clara: aquello no era mío. Cuando logré alcanzarlo me di cuenta de que era un espejo de oro que parecía tener unos cuantos años. Me fui a un rincón para apreciar mi belleza y de pronto escuché una voz que provenía del espejo:

- ¡Eh tu! – dijo mi reflejo en el espejo.

- ¿Quién yo? ¿Quién eres? –

- Si tu esa chica con el ego tan grande-

- Oye sin ofender eh! Repito ¿quien eres?-

- Bueno perdón, soy tu conciencia- dijo el reflejo.

- No me lo digas, ¿a que vienes a echarme alguno de esos sermones que salen en las películas?-

- Mas o menos… bueno si – afirmó.

- ¿Y que quieres?-

- Quiero que abandones este lugar inmediatamente, pero por favor llévate este espejo contigo-

- No entiendo nada, pero supongo que mi conciencia sabrá más que yo-

En ese momento puse rumbo a la puerta pero en menos de treinta segundos esta se cerró impidiéndome salir.

- ¡Genial! Ya te lo decía yo… si es que las rubias…- dijo mi conciencia.

- ¿Y las rubias que, eh? ¿ Como que ya me lo decías? No me dijiste nada, haber, ¿ahora que va a pasar?-

- Pues que te quedarás aquí encerrada a no ser que…-

- ¿A no ser que? ¡Habla! –

- A no ser que vendas tu juventud al diablo y seas vieja para siempre-

- ¿Estas loca? No pienso ser una vieja para toda mi vida-

- Bueno pues te quedarás aquí para siempre, tu eliges-

- Vale está bien haz todo lo que tengas que hacer con tal de sacarme de aquí-

Con estas palabras se produció un destello de luz y cuando me volví a mirar en el espejo era una vieja de 90 años. Supongo que ese sería el precio de tantos años queriendo ser la más guapa de todas o tal vez ese era el destino que me tenía preparado el diablo…

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